lunes, 17 de octubre de 2011

Una ciudad para andársela (...y comérsela): (Parte One)

El primer desayuno parisino merece un primer contacto con la famosa bollería francesa. Tomamos café, zumo y un curasán (aquí no tienen almibar por encima...) con tostada en un café junto a la plaza de la Bastilla.
Después nos dirigimos al mercado gastronómico de la Bastilla (Jueves y Domingos son sus días fuertes), donde nos aprovisionamos de queso, aguacates, leche, gambas, vino y setas.








Aprovechando lo céntrico de nuestro apartamento, iniciamos visita dirigiéndonos a pie hacia las dos islas en mitad del Sena, Île Saint-Louis e Ile de la Cité, antes de llegar a Notre Dame hacemos una parada para comer un helado en Berthillon, la mejor heladería de Paris en el 31 de la rue Saint Louis. 


Al regreso de Notre Dame, y para sumergirnos completamente en la experiencia Parisina comemos un menú completamente francés mientras tiramos de diccionario de bolsillo para saber lo que nos llevamos a la boca: Confit de canard, tosta de queso roquefort, crepes...

Iniciamos visita de nuevo y nos dirigimos hacia el jardín de las Tuileries, donde sus calles interiores de suelo de arena se conservan tal y como los pisaba Napoleón y sus secuaces.

Final de la Île Saint-Louis
Arc de Triomphe du Carrousel
Plaza de la Concordia

Atravesamos la plaza de la Concordia y nos encaminamos a la oficina de turismo, donde nos pertrechamos de plano y del París Museum Pass y después caminamos hasta la plaza Vendome donde vimos las tiendas exclusivas de la gente con perres y el Hotel Ritz... ¡Ay, esa puerta de caracol donde se vieron las últimas imágenes de Diana, más le valía haberse quedado a dormir!!

Finalizamos el día en Laduree donde compramos curasanes rellenos de pasta de nueces para el desayuno....Pero antes tocaba hacer la cena y dimos buena cuenta del queso y las setas....Mañana más!

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