Una ciudad para andársela (...y comérsela): (Parte One)
El primer desayuno parisino merece un primer contacto con la famosa bollería francesa. Tomamos café, zumo y un curasán (aquí no tienen almibar por encima...) con tostada en un café junto a la plaza de la Bastilla.
Después nos dirigimos al mercado gastronómico de
Aprovechando lo céntrico de nuestro
apartamento, iniciamos visita dirigiéndonos a pie hacia las dos islas en mitad
del Sena, Île Saint-Louis e Ile de la
Cité , antes de llegar a Notre Dame hacemos una parada para
comer un helado en Berthillon, la mejor heladería de Paris en el 31 de la rue
Saint Louis.
Al regreso de Notre Dame, y para sumergirnos completamente en la experiencia Parisina comemos un menú completamente francés mientras tiramos de diccionario de bolsillo para saber lo que nos llevamos a la boca: Confit de canard, tosta de queso roquefort, crepes...
Iniciamos visita de nuevo y nos dirigimos hacia el jardín de las Tuileries, donde sus calles interiores de suelo de arena se conservan tal y como los pisaba Napoleón y sus secuaces.
Final de la Île Saint-Louis |
Arc de Triomphe du Carrousel |
Plaza de la Concordia |
Atravesamos la
plaza de la Concordia
y nos encaminamos a la oficina de turismo, donde nos pertrechamos de plano y
del París Museum Pass y después caminamos hasta la plaza Vendome donde vimos las
tiendas exclusivas de la gente con perres y el Hotel Ritz... ¡Ay, esa puerta de caracol donde se vieron las últimas imágenes de Diana, más le valía haberse quedado a dormir!!
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